
Una es, claro, el 22 de Junio de 1986, día en que la mano de Dios ajusticiaba a las tropas coloniales y los dejaba afuera del mundial, catapultándonos hacia la final y al campeonato del mundo (el posta, no el comprado).
La otra, es el 4 de Julio de 1776, declaración de independencia de un heróico pueblo que luchó por constituírse como un Estado Federal soberano, y con la facultad de aplicar derechos de exportación e importación, y una política aduanera independiente y libre de toda injerencia extranjera.
A pesar de que más temprano que tarde hayan olvidado sus orígenes libertarios, nosotros saludamos al pueblo Americano, que supo darle una insolente bofetada a la prepotencia imperialista, y nos abrió el camino a todos nosotros.
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