Acá desde Anarko Peronismo lo bancamos a pleno a JP, y por eso queremos desagraviarlo.
Buscando sobre él, nos topamos con un texto muy interesante que escribió para el suplemento Radar del diario Página/12. Es un texto que habla sobre la muerte de Bergman y Antonioni, dos aclamados directores de cine que por una de esas casualidades del destino, se vinieron a morir los dos el mismo día, el 30 de Julio del 2007.
Los Anarkas del Peronismo no nos caracterizamos por ser grandes conocedores del cine, o por lo menos no es mi caso, pero quería rescatar la riqueza de este texto. Al margen de la crítica que hace a la carrera artística de estos dos autores, nos interesó mucho lo que JP dice sobre las pautas culturales de la gente "bien". Acá exponemos:
"...Los “cultos” no son cultos. Tienen terror de parecer no serlo. Gustan de todo producto que dé o signifique prestigio. Gustan de lo que hay que gustar. Detestan lo que hay que detestar. Se agarran de lo seguro. Heidegger, en el parágrafo veintisiete de Ser y Tiempo, describió este tipo de personajes. Viven bajo “el señorío de los otros”. Son los que se guían por el Das Man. El “se dice”. Se dice que Bergman es el genio sueco. Que sus películas tratan sobre “el silencio de Dios”. Que indaga como nadie en la condición humana. Ergo, tengo que decirlo también yo. “Disfrutamos y gozamos como se goza (escribe Heidegger); leemos, vemos y juzgamos de literatura y arte como se ve y juzga; incluso nos apartamos del ‘montón’ como se apartan de él; encontramos “sublevante” lo que se encuentra sublevante”. Creo que hay una inseguridad no resuelta en el “adorador” de Bergman. Un crítico de cine, una vez, me dijo: “Vos te atrevés a detestar a Bergman porque sos licenciado en filosofía, pero yo soy una rata, viejo, ¿qué querés que haga?”. No hay que tener ningún título para decir lo que a uno realmente le parece un icono cultural. A mí me aburrió Bergman antes de tener ningún título, pero el mandato, el imperativo del Das Man es tan poderoso que uno tiene miedo de confesarlo.
...En 1970, con Sam Shepard colaborando en el guión, filma Zabriskie Point. Interior - Comisaría: la cana ha apresado a unos cuantos jóvenes rebeldes. Un cana les toma los datos. Un “joven rebelde” se acerca a la ventanilla. “¿Nombre?”, pregunta el cana. El otro, agresivo, como escupiendo, ruge: “Karl Marx”. Sin alterarse, el cana pregunta: “¿Con C o con K?” ¡De esto se reían los “cultos”! De un cana “ignorante” que no sabía escribir “Karl Marx” y de la petulancia idiota de un hijo de rico al garete..."
Acá está el artículo completo: EL PRESTIGIO DEL TEDIO
Acá tenemos las ideas de un lector jauretchiano de Heidegger, que no se deja amedrentar por las convenciones sobre lo que es "culto" y "bien", y se atreve a tener una opinión propia acerca de lo que ve. Y encima se da el lujo de hacerlo citando a Borges y a Bioy, dos vacas sagradas para la gente "bien". Los Ákratas te saludamos!
Buscando sobre él, nos topamos con un texto muy interesante que escribió para el suplemento Radar del diario Página/12. Es un texto que habla sobre la muerte de Bergman y Antonioni, dos aclamados directores de cine que por una de esas casualidades del destino, se vinieron a morir los dos el mismo día, el 30 de Julio del 2007.
Los Anarkas del Peronismo no nos caracterizamos por ser grandes conocedores del cine, o por lo menos no es mi caso, pero quería rescatar la riqueza de este texto. Al margen de la crítica que hace a la carrera artística de estos dos autores, nos interesó mucho lo que JP dice sobre las pautas culturales de la gente "bien". Acá exponemos:
"...Los “cultos” no son cultos. Tienen terror de parecer no serlo. Gustan de todo producto que dé o signifique prestigio. Gustan de lo que hay que gustar. Detestan lo que hay que detestar. Se agarran de lo seguro. Heidegger, en el parágrafo veintisiete de Ser y Tiempo, describió este tipo de personajes. Viven bajo “el señorío de los otros”. Son los que se guían por el Das Man. El “se dice”. Se dice que Bergman es el genio sueco. Que sus películas tratan sobre “el silencio de Dios”. Que indaga como nadie en la condición humana. Ergo, tengo que decirlo también yo. “Disfrutamos y gozamos como se goza (escribe Heidegger); leemos, vemos y juzgamos de literatura y arte como se ve y juzga; incluso nos apartamos del ‘montón’ como se apartan de él; encontramos “sublevante” lo que se encuentra sublevante”. Creo que hay una inseguridad no resuelta en el “adorador” de Bergman. Un crítico de cine, una vez, me dijo: “Vos te atrevés a detestar a Bergman porque sos licenciado en filosofía, pero yo soy una rata, viejo, ¿qué querés que haga?”. No hay que tener ningún título para decir lo que a uno realmente le parece un icono cultural. A mí me aburrió Bergman antes de tener ningún título, pero el mandato, el imperativo del Das Man es tan poderoso que uno tiene miedo de confesarlo.
...En 1970, con Sam Shepard colaborando en el guión, filma Zabriskie Point. Interior - Comisaría: la cana ha apresado a unos cuantos jóvenes rebeldes. Un cana les toma los datos. Un “joven rebelde” se acerca a la ventanilla. “¿Nombre?”, pregunta el cana. El otro, agresivo, como escupiendo, ruge: “Karl Marx”. Sin alterarse, el cana pregunta: “¿Con C o con K?” ¡De esto se reían los “cultos”! De un cana “ignorante” que no sabía escribir “Karl Marx” y de la petulancia idiota de un hijo de rico al garete..."
Acá está el artículo completo: EL PRESTIGIO DEL TEDIO
Acá tenemos las ideas de un lector jauretchiano de Heidegger, que no se deja amedrentar por las convenciones sobre lo que es "culto" y "bien", y se atreve a tener una opinión propia acerca de lo que ve. Y encima se da el lujo de hacerlo citando a Borges y a Bioy, dos vacas sagradas para la gente "bien". Los Ákratas te saludamos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario