miércoles, 31 de marzo de 2010

SENSACIÓN TÉRMICA (POST FACHO)

Ok. Existe manipulación mediática. Los indicadores locales son sin lugar a dudas motivo de envidia para la región. ¿Alguien puede decir -sin cagarse de risa- que caminar por Buenos Aires es tan o más peligroso que caminar por Río de Janeiro? Yo no me atrevería. En primera medida porque no conozco Río y en segunda medida: dejémonos de joder, ¿Nadie vió Ciudad de Dios?


Aún así la percepción es fuerte, y tanto que la Inseguridad encabeza las preocupaciones de la agenda pública. Objetivamente, ¿Debería ser así? No. Pero tampoco deja de ser razonable que genere preocupación.

Las expectativas de cada uno se ven fuertemente condicionadas por la historia. Si un Somalí leyera los indicadores de desnutrición infantil registrado en la Argentina a medidados del 2002, diría con envidia: ¿De qué se quejaban tanto? Para el Argentino promedio fue catastrófico, ya que se alcanzaron niveles jamás registrados en al menos 70 años.

Con la inseguridad ocurre lo mismo. Un Venezolano dirá que andar por Camino Negro es tan seguro como caminar por Champs Elyseé, y con razón ya que los indicadores de delitos violentos en Venezuela son los más altos de América Latina. Nosotros somos tan amateurs en esto como en el baseball, materia en la que Venezuela también nos pasa le trapo.

Sin embargo, un argentino dirá que hemos alcanzado niveles de violencia delictiva alarmantes si los comparamos con lo vivido 15 o 20 años atrás (y 20 años no es nada canataba algún yorugua...). Esta inquietud está presente en la conciencia de muchos, y a menos que encuentre una respuesta adecuada o al menos una explicación convincente por parte del poder político -oficialista tanto como opositor- quedará a la merced de la manipulación de diversas agencias que lucran con La Inseguridad (desde tablóides sensacionalistas hasta empresas de seguridad privada; proveedores de armamento y colombianos narcos que quieren ser presidentes).


Estamos de acuerdo, es una sensación térmica. Pero esta explicación no alcanza ya que muchos la creen real, y junto con la Inflación (otro capítulo aparte) serán los dos ejes de la campaña presidencial próxima. Y como todos sabemos, en política -como en la vida- es más importante saber argumentar que tener razón.

martes, 30 de marzo de 2010

LEONES EN EL ZOOLÓGICO

No descolgó cuadros del Colegio Militar, no vociferó contra gente impotente, no cazó leones en el zoológico. Por eso, así lo trataron los carapintadas.

Éste es el Alfonsín que yo recuerdo.

Pepe Eliaschev.


Cada vez que ocurre algo como esto, se me viene a la memoria una valiente frase acuñada por Pepe durante los primeros meses del 2006 (justo un tiempito antes de que desapareciera Julio López) y que repitió en el 2009 para homenajear a Raúl Alfonsín: perseguir a los represores hoy es como cazar leones en el zoológico.

Desde ya que el periodista no se hará cargo del bolazo que mandó en aquélla ocasión y muy propablemente se limite sólo a criticar al Gobierno por no darle a la testigo la protección que requería (si es que no considera al hecho como un caso más de inseguridad o se digna siquiera a referirse al tema).

Pero esta frase -muy afín a los dichos vertidos días ha por Pepe Mujica- nos muestra a las claras la actitud del Alfonsinismo y sus herederos ideológicos respecto a lo ocurrido entre el ´76 y el ´83: resignación.

El pacto Sindical-Militar que tanto denunciaba el chascomusense durante su campaña presidencial terminó siendo la política oficial del primer gobierno radical de la nueva democracia, sentando las bases para una nueva Argentina en la que un alcahuete como Eliaschev pudiera ser considerado un tipo de izquierda.

¿Qué opina compañero JP? (me pregunto por qué oportunamente no le pusiste una mano a Repetto)

FUIMOS REVOLUCIÓN

Si algo nos demostró el Torina Gate, es que la indignación televisiva ya no patrimonio exclusivo del republicudo lector de Perfil. Como contracara del indignado crónico opositor, también tenemos al espectador de 678 que practica el tan clasemediero deporte de la indignación fácil pero en sentido contrario. Esta vez, ante la patética maniobra de un programa televisivo en decadencia que buscó arañar uno o dos puntitos de rating exponiendo el patético acto de corrupción de un concejal de poca monta en Tartagal.

Nada más ni nada menos que un testimonio de decadencia.

El fenómeno del periodismo de investigación que filma y denuncia públicamente a "los poderosos" empezó a cobrar importancia durante los ´90, de la mano de grandes hitos de la buchonería televisiva como CQC; Telenoche Investiga y Punto Doc. Esta movida es prima hermana del fenómeno de las ONG y de la Judicialización de la Política por vía del Recurso de Amparo.

Esta forma poco comprometida de intervenir en la Cosa Pública encuentra su explicación en la constante urgencia de una clase media apolitizada por reclamar -y obtener- cosas del Estado, ahorrándose la molesta y desagradable necesidad del activismo político o sindical (actividades que, por otra parte, fueron relegadas a los menos afortunados, los locos nostálgicos y los inescrupulosos). En otras palabras: es más fácil presentar un escrito ante la justicia Contencioso Administrativa que organizar negros y dotarlos de bombos.

Todas estas vías de participación que proliferaron durante una década y media como alternativas idóneas a la corruptela partidaria tienen un denominador común, y es que son vías de acción limitadísimas. No se puede llevar a cabo un cambio social o económico profundo mediante cámaras ocultas, reclamos de ONG´s y -gracias a D10S- acciones judiciales.

A su vez, también se demostró que no era suficiente la cámara oculta para denunciar los grandes actos de corrupción estructural que plagaron aquella década y aledaños, ya que mientras en Noviembre y Diciembre del 2001 se daba una feroz fuga de capitales, Telenoche Investiga nos seguía mostrando los infames delitos de un chofer de micros escolares que le robaba un juego de llantas a la municipalidad de Berazategui con la complicidad de un concejal del PJ.


La realidad actual es que el género aburrió, así como también CQC y las investigaciones de Graña. Pergollini volvió al entretenimiento joven en la radio y las ansias de putear al oficialismo se ventilan abiertamente a través del presentador de cualquier noticiero, ya sin ningún tipo de sutileza.


Afortunadamente nos queda Daniel Malnatti, ese fiscal de la decencia televisiva que nunca se cansó de desenmascarar a los corruptos y los poderosos como Ibarra -otro fenómeno de naturaleza similar- y que hoy en día es el único periodista que no tiene miedo de decirle de frente a la sociedad lo bien que hace el Actimel.

Gestas Históricas

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