"Te acordás hermano qué tiempos aquéllos..."
Aún recuerdo el 2006. Sólo pasaron 3 años. En esos días solariegos llenábamos plazas y ser oficialista era una fiesta. La "pax armada" con los medios de comunicación permitía ser progre (de esos de Palermo) y a la vez apoyar al kirchnerismo, que lucía en sus sienes los laureles de los juicios a represores; la recuperación de la ESMA y la purga de la Suprema Corte de Justicia. La transversalidad era aún una utopía que todavía se olía en el aire.
Eran tiempos gloriosos para el progresismo distrital, que bajo el paraguas de Alberto Fernández gozaba de buena salud y una relación privilegiada con Olivos. La única nube que asomaba en su horizonte era la de Jorge Telerman, que luego de la destitución de Aníbal Ibarra capitalizó la derrota y la encausó en dirección de su propio proyecto político.
Por esos días se estaban debatiendo las candidaturas para las elecciones de Jefe de Gobierno del 2007, que en ese momento parecían un paseo ya que nadie (y me incluyo) contaba con la excelente campaña que dirigió Mauricio Macri. ¿Quién iba a ser el candidato del Kirchnerismo? En aquella época nacionalizar la elección no parecía un error político tan grande como después se demostró.
Ese primaveral año me encontró deambulando por un espacio progresista (mea culpa). Pero claro, nunca dejé de ser el Anarka que hoy escribe, así que mi posición era sumamente complicada. Tanto que propició mi ruptura. Mi lectura fue entonces que el candidato natural era Jorge Telerman, ya que resultaba ser el jefe de gobierno en ejercicio, había demostrado cierta capacidad de gestión y tenía un buen trato con los medios de comunicación. Además, sin estar demasiado pegado al kirchnerismo -reconozcamos que tenía mucho perfil propio- era un personaje con buena llegada a la clase media palermense; simpático al peronismo y por demás potable para los kirchneristas porteños.
Sin embargo, el mayor escollo que tenía el pelado para ser ungido por Olivos era una enemistad inexplicable con Alberto Fernández (el delegado de Kirchner en los asuntos porteños) y justamente, el progresismo distrital por donde yo transitaba. El ibarrismo aún masticaba la bronca de la destitución de su jefe político y hacía de Telerman su chivo expiatorio, acusándolo continuamente de "traidor" mientras era barrido de sus espacios en la administración pública. Como si la propia ineptitud de Ibarra no hubiera tenido nada que ver con la destitución.
Recuerdo que en esa época la jugada fuerte de Alberto para negarle la candidatura al Franchute era candidatear a Daniel Scioli, y naturalmente los ibarristas despechados se plegaban a la opción de Alberto, sedientos de sangre y ansiosos por ajusticiar al "traidor".
(Acá vale hacer una aclaración: Libres del Sur siempre se opuso a la candidatura de Scioli y nunca tuvo buen trato con Alberto Fernández, hay que reconocerlo. Pero esto hace aún más paradójica la actual actitud de Libres, que hoy abandona las huestes del Kirchnerismo para acercarse al espacio progresista que antes defendía la postulación de Scioli y se aferraba al Beto).
Volviendo a nuestro relato, lo que más recuerdo de esos días fue una discusión que tuve con un compañero de aquel espacio (bah, no sé cómo se dice entre progres hoy en día, pero en aquéllos tiempos se decían "compañeros") respecto a la candidatura de Scioli.
Mi posición era muy fuerte en favor de Telerman y traté -en la medida de mis capacidades- de sostenerla con argumentos razonables, o por lo menos políticos (que no siempre es lo mismo). Del otro lado encontraba también una posición inconmovible en favor de Daniel Scioli. La discusión llegó a un punto muerto en el que se agotaron los argumentos y ya ninguno tenía palabras para convencer al otro (cosa que ocurre en el 90% de las discusiones cuando hay posiciones tomadas de antemano). Finalmente, y hastiado de tratar de convencer a alguien que no mostraba ninguna intención de ser convencido, mi interlocutor sentenció la cuestión con 6 palabras que lo dijeron todo y me quedaron marcadas: "Scioli es lo que quiere Néstor...". Una lección de ortodoxia partidaria en movimiento.
Esto me vino enseguida a la mente cuando leí este post de Artemiópolis, y reflexioné. Estas rupturas por "izquierda" realmente tienen poco "izquierda". El ibarrismo porteño no es ni por asomo "la izquierda del kirchnerismo". Nunca plantearon una plataforma más ambiciosa que lo que fue logrando de a poco el kirchnerismo a los tirones. Nunca discutieron temas como la nacionalización de las AFJP o de Aerolíneas Argentinas hasta que el Kirchnerismo tomó la iniciativa, y tampoco se hubieran atrevido a impulsar siquiera una medida tibiamente distributiva como la Resolución 125. Y cuando les tocó ser favorecidos por el oficialismo nacional, eran más papistas que el Papa.
No saquemos el ojo de la pelota. No es una discusión ideológica, es una discusión por poder y espacios de gestión. No niego que haya algo a la izquierda del Kirchnerismo. No sé qué es, aún está por verse, pero sé que no es esto. El progresismo distrital encarnado en el Ibarrismo tiene cómo único interés cuidar sus espacios -siempre apuntando a la supervivencia en capital- y al ver el derrumbe del Kirchnerismo en el distrito huyen despavoridos buscando una posición más cómoda para sobrevivir y esperar a tiempos mejores. No son izquierda, y mucho menos son revolucionarios. Son presupuestívoros, en términos marechalianos. No tienen nada que envidiarle a los intendentes del conurbano (sólo la eficacia que estos últimos tienen en sus respectivos distritos) y a su modo son burócratas, sólo que les da asquito cantar la marcha.
Eran tiempos gloriosos para el progresismo distrital, que bajo el paraguas de Alberto Fernández gozaba de buena salud y una relación privilegiada con Olivos. La única nube que asomaba en su horizonte era la de Jorge Telerman, que luego de la destitución de Aníbal Ibarra capitalizó la derrota y la encausó en dirección de su propio proyecto político.
Por esos días se estaban debatiendo las candidaturas para las elecciones de Jefe de Gobierno del 2007, que en ese momento parecían un paseo ya que nadie (y me incluyo) contaba con la excelente campaña que dirigió Mauricio Macri. ¿Quién iba a ser el candidato del Kirchnerismo? En aquella época nacionalizar la elección no parecía un error político tan grande como después se demostró.
Ese primaveral año me encontró deambulando por un espacio progresista (mea culpa). Pero claro, nunca dejé de ser el Anarka que hoy escribe, así que mi posición era sumamente complicada. Tanto que propició mi ruptura. Mi lectura fue entonces que el candidato natural era Jorge Telerman, ya que resultaba ser el jefe de gobierno en ejercicio, había demostrado cierta capacidad de gestión y tenía un buen trato con los medios de comunicación. Además, sin estar demasiado pegado al kirchnerismo -reconozcamos que tenía mucho perfil propio- era un personaje con buena llegada a la clase media palermense; simpático al peronismo y por demás potable para los kirchneristas porteños.
Sin embargo, el mayor escollo que tenía el pelado para ser ungido por Olivos era una enemistad inexplicable con Alberto Fernández (el delegado de Kirchner en los asuntos porteños) y justamente, el progresismo distrital por donde yo transitaba. El ibarrismo aún masticaba la bronca de la destitución de su jefe político y hacía de Telerman su chivo expiatorio, acusándolo continuamente de "traidor" mientras era barrido de sus espacios en la administración pública. Como si la propia ineptitud de Ibarra no hubiera tenido nada que ver con la destitución.
Recuerdo que en esa época la jugada fuerte de Alberto para negarle la candidatura al Franchute era candidatear a Daniel Scioli, y naturalmente los ibarristas despechados se plegaban a la opción de Alberto, sedientos de sangre y ansiosos por ajusticiar al "traidor".
(Acá vale hacer una aclaración: Libres del Sur siempre se opuso a la candidatura de Scioli y nunca tuvo buen trato con Alberto Fernández, hay que reconocerlo. Pero esto hace aún más paradójica la actual actitud de Libres, que hoy abandona las huestes del Kirchnerismo para acercarse al espacio progresista que antes defendía la postulación de Scioli y se aferraba al Beto).
Volviendo a nuestro relato, lo que más recuerdo de esos días fue una discusión que tuve con un compañero de aquel espacio (bah, no sé cómo se dice entre progres hoy en día, pero en aquéllos tiempos se decían "compañeros") respecto a la candidatura de Scioli.
Mi posición era muy fuerte en favor de Telerman y traté -en la medida de mis capacidades- de sostenerla con argumentos razonables, o por lo menos políticos (que no siempre es lo mismo). Del otro lado encontraba también una posición inconmovible en favor de Daniel Scioli. La discusión llegó a un punto muerto en el que se agotaron los argumentos y ya ninguno tenía palabras para convencer al otro (cosa que ocurre en el 90% de las discusiones cuando hay posiciones tomadas de antemano). Finalmente, y hastiado de tratar de convencer a alguien que no mostraba ninguna intención de ser convencido, mi interlocutor sentenció la cuestión con 6 palabras que lo dijeron todo y me quedaron marcadas: "Scioli es lo que quiere Néstor...". Una lección de ortodoxia partidaria en movimiento.
Esto me vino enseguida a la mente cuando leí este post de Artemiópolis, y reflexioné. Estas rupturas por "izquierda" realmente tienen poco "izquierda". El ibarrismo porteño no es ni por asomo "la izquierda del kirchnerismo". Nunca plantearon una plataforma más ambiciosa que lo que fue logrando de a poco el kirchnerismo a los tirones. Nunca discutieron temas como la nacionalización de las AFJP o de Aerolíneas Argentinas hasta que el Kirchnerismo tomó la iniciativa, y tampoco se hubieran atrevido a impulsar siquiera una medida tibiamente distributiva como la Resolución 125. Y cuando les tocó ser favorecidos por el oficialismo nacional, eran más papistas que el Papa.
No saquemos el ojo de la pelota. No es una discusión ideológica, es una discusión por poder y espacios de gestión. No niego que haya algo a la izquierda del Kirchnerismo. No sé qué es, aún está por verse, pero sé que no es esto. El progresismo distrital encarnado en el Ibarrismo tiene cómo único interés cuidar sus espacios -siempre apuntando a la supervivencia en capital- y al ver el derrumbe del Kirchnerismo en el distrito huyen despavoridos buscando una posición más cómoda para sobrevivir y esperar a tiempos mejores. No son izquierda, y mucho menos son revolucionarios. Son presupuestívoros, en términos marechalianos. No tienen nada que envidiarle a los intendentes del conurbano (sólo la eficacia que estos últimos tienen en sus respectivos distritos) y a su modo son burócratas, sólo que les da asquito cantar la marcha.
6 comentarios:
disculpen la disgrecion, pero alguien sabe que paso conn el blog de carrasco?
Coincido con tu análisi, Manuk. Aunque yo a Telerman nunca lo banqué por aprovechar el golpe contra (el inútil de) Ibarra demasiado sonriente, demasiado limpito. Y cuando dividió el campor progresista dejando que Lilota se le colara en la fórmula con el único objeto de quitarle la capital al kirchnerismo, me di cuenta de que siempre el calvo afrancesado había hecho una lectura equivocada de la realidad y así se lo hice saber en su página de internet.
Libres del Sur resultó una decepción, porque se van a causa de un purismo injustificado y que los va a radiar de cualquier otro frente y pronto entre ellos mismos. Si como bien mostraba el otro día Cristian el Goliardo que a Victoria Donda no le había dado asco ir en la boleta encabezada pro el tránsfuga Feli Pillo yen la que estaba, por ejemplo, Graciela Camaño, no llego a enteder de dónde sale el cisma actual. Puede que sea porque el Huevo Ceballos no consiguió la intendencia que quería, pero eso lo coloca fura del puerimos y cerquita del traidor Felipe. No se. Igualmente prefiero contar los que se quedan en el Proyecto y no a los que se despiden por razones tan fútiles.
Saludos
muy bueno Manuk...tars 40 años de militancia creo que la izquierda en el país no existió ni existe, es la sobra que proyecta(mos) el (los)peronismo (tas) cuando decepciona(mos).
salu2!
Todo lo bueno ,ejem, del gobierno ,ejem ,de ibarrita fue pergueñado por el colo fernandez (pi) ,fatala (pi), vencentini(pi),morresi(pj), raimundi (ucr) y sus familiares y amigos .Una foto ,lo del pelado afrancezado es la historia de la traicion ,tan cara a los argentinos que ya nos parece como tolerable.
De todos modos y desafiando tu inteligencia ,dame una administracion
mejor que la de ibarra en los ultimos 25 años.
No entiendo la crítica a LDS.
Luego de 2005, LDS comenzó a ser crítico del armado de Kirchner después de derrotar a Duhalde. Fundamentalmente cuando legitimó el PJ y también cuando le sirvió la capital en bandeja a Macri.
Según Tumini, los errores de Kirchner nos llevaron a la dura derrota de 2008 y pusieron nuevamente a la izquierda a la defensiva cosa que no sucedía desde 2003.
Entonces es inevitable la ruptura, LDS no puede subordinar su movimiento (grande o chico) a lo que Nestor le pinte, porque no hace seguidismo.
D: Te transcribo algo que le puse esta tarde a Mauri en su blog.
Esta madrugada volví medio "picante" a casa (tirando a casi inconciente) y me topé a Lucas en el MSN. Era algo así como las 8 AM.
Nno recuerdo bien todo porque estaba con dificultades cognocitivas a raiz de la ingesta etílica, pero me dijo que se iba a retirar del blog. Ante mi pedido de explicaciones me dijo que "ya no daba para más".
No creo que sea por desavenencias ideológicas o políticas, el tipo está más que convencido por lo que alguna vez hablé. Me parece que tiene que ver con algo más personal. Esperemos novedades.
El mail (para quien no lo tenga) es lucas-carrasco@hotmail.com, tratemos de ubicarlo por ahí en un bloggeril "Operativo Clamor".
MP: Respecto al tema de Telerman, bueno, la intención del post no era debatir eso, sólo quería dar un panorama de la situación. Oportunamente escribiré un post específicamente sobre eso y ahí se disparará el debate.
Lo de libres, sí, a mí me decepcionaron. Yo los considero compañeros igualmente, pero le están errando.
Artemio: Anoto esa última frase, la cual algún día sera utilizada para algo.
Guille: Idem MP, nomás te digo que de los últimos 25 años sólo 13 fueron con jefes de gobierno electos por voto popular y considero que todas las administraciones fueron por igual mediocres, con la salvedad de la administración macrista que me parece sin dudas la peor.
Gabriel R: Mi crítica no es a las conductas "no seguidistas", lo que me resulta paradójico es que Libres se abra por izquierda considerando al gobierno derechizado y vaya a armar juego con Luis Juez, con el Ibarrismo y vaya a saber con quién más. No considero que ninguno de ellos esté a la izquierda del kirchnerismo. Respecto a al defensiva de izquierda, me remito a la última frase de Artemio.
A todos: Gracias por comentar.
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