
"Hope". Una sóla palabra. En castellano quiere decir "Esperanza". Suena hueco, ¿No?
Obama podría haber utilizado una consigna de mayor contenido ideológico, sabemos que lo maneja, pero optó (o más bien sus asesores optaron) por "Hope".
Pensémoslo así: el 90% de la población habilitada para votar, no lee blogs de análisis político. Tal vez ni siquiera leen la sección política del diario, al menos mucho más allá de sus titulares.
Clarín es el diario más vendido, y no se caracteriza por la profundidad de sus análisis políticos. ¿Cuántos leen siquiera el
diario Clarín? Tiene una tirada de 382.739 ejemplares diarios, cifra que representa apenas un poco más que el 1% de los Electores Hábiles en las
últimas presidenciales.
A decir verdad, somos muy pocos los aparatos (no me refiero a los aparatos clientelares) que vivimos pendientes de la última rosca política. Somos muy pocos incluso los que sabemos por quién votar un mes antes de las mismas elecciones. La gente tiene otras cosas de qué ocuparse, por ejemplo, mantener a sus familias.
Cristina y "
El cambio recién comienza" obtuvo claramente más votos que Pino Solanas y sus promesas de nacionalización compulsiva.
Y este año va a pasar lo mismo. De Narváez levantó muchos más puntos con "
Ayudame" que el PTS diciendo "
Que la crisis la paguen los capitalistas".
La gran mayoría no vota un programa de gobierno y mucho menos una ideología. Vota la sensación que le despertó el candidato y la confianza que le genera por un motivo u otro, todo esto inmerso en alguna ánimo generalizada del momento (ejemplo, la gripe porcina o la inseguridad). Criterio más relacionado con lo sentimental que con lo ideológico.
Por eso Scioli resulta un producto electoral mucho más codiciado que Aníbal Fernández, por poner un caso. Aníbal tiene mucho contenido y habla muy bien, pero tiene esa pinta de rosquero que te come crudo en una interna del PJ. Además se pelea mucho, y lo último que quiere el "vecino de bien" en estos tiempos de crisis, son más peleas.
Más predecible y más afable es Daniel, que nunca tiene palabras descalificantes para nadie y aporta ese sentimiento de concordia que tanto necesitamos en tiempos difíciles. En vez de hablar de peleas y conflictos, Daniel nos muestra que tenemos que trabajar todos juntos para superarnos. Sufrió un trágico accidente, pero salió adelante con trabajo y sacrificio. Daniel nos da Esperanza. Estas elecciones y las del 2011 van a ser atravesadas por la Esperanza. "Hope". Suena hueco, ¿No?
El pueblo Anarko Peronista sigue siendo un grupo de obstinados aparatos buscando idilios ideológicos, pero aún así comprende que un candidato masivo no puede ser todo lo que quiere un grupúsculo de libertarios que escriben un blog.